Fuente: Universo Gay

No es sorpresa que existan homosexuales capaces de ofender a otros homosexuales, esta conducta se conoce como homofobia internalizada y sus efectos suelen ser muy negativos, ya que hay sentimientos de vergüenza, inferioridad y baja autoestima en la persona en cuestión.
La homofobia internalizada es la creencia de manera consciente o inconsciente que tienen algunas personas gay y lesbianas de que los prejuicios, estereotipos y mitos sobre los homosexuales son ciertos. En otras palabras, son sentimientos negativos que sienten hacia sí mismas por su homosexualidad.
La persona gay, lesbiana o bisexual que internaliza un sentimiento de homofobia está negando su propia identidad. Esto puede ocurrir por causa de vivir en un país que discrimina a homosexuales o por crecer en un entorno eclesiástico que los condena.
Las causas o factores que predisponen a una persona gay a dar paso a la homonegatividad internalizada son varios; rechazo social y familiar a su orientación sexual, agresiones contra gays, las condenas religiosas, epítetos peyorativos, temor a expresar su verdadera identidad, entre otros.
Por lo general, las personas que pertenecen a minorías sexuales y no han aceptado su orientación sexual o identidad de género, pueden tornarse homofóbicos contra otros homosexuales que viven en libertad su orientación sexual.
Lo más triste de la homofobia internalizada, no es solamente el comportamiento anti-gay, sino que estas personas se auto rechazan así mismas por las mismas razones que los heterosexuales homofóbicos repudian a los gays.
La homofobia internalizada se refleja con complejo de inferioridad, sentimientos de vergüenza y culpa, baja autoestima y conductas autodestructivas.
La homofobia internalizada además, está ligada a un mayor riesgo de padecer problemas de salud mental. Estos datos hacen que el problema sea referente a la salud publica, por lo que este tema merece mayor análisis e investigación.
Los individuos internalizan las creencias sociales negativas acerca de su atracción sexual y de sus experiencias sexuales, lo que provoca que confundan su identidad y su propio yo.
Los países democráticos tienen la responsabilidad de, en primer lugar, erradicar la discriminación contra las minorías sexuales. Deben otorgar los mismos derechos para todas las personas, sin excluir a los homosexuales y luego, realizar un proceso de educación sobre la diversidad y la importancia del respeto los unos a otros.
Los homosexuales somos seres humanos a los que se nos impuso una etiqueta mediante la cual, ciertos grupos religiosos se han dedicado a promover odio y temor en nuestra contra.
El homosexual que es capaz de insultar, ofender o agredir a otro homosexual (para aparentar una heterosexualidad inexistente) pierde su dignidad propia y necesita buscar ayuda psicológica con carácter de urgencia.
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